La mayoría de los patógenos que causan daños a las coníferas prosperan y se propagan en condiciones de altas temperaturas y elevada humedad foliar y del suelo.
La silvicultura
La silvicultura es un arte, un oficio y una ciencia al mismo tiempo. A través de los trabajos silvícolas se controla la regeneración, la composición, el crecimiento, la salud y la calidad de los bosques, de modo que se satisfagan las necesidades y valores de los propietarios y de la sociedad, tanto ahora como en el futuro.
Básicamente, mediante las intervenciones silvícolas se imitan a un ritmo rápido los procesos naturales de la vida forestal.
El fondo forestal nacional incluye bosques, tierras para forestación, viveros y plantaciones, cultivos de diversos tipos (por ejemplo, árboles de Navidad, arbustos ornamentales), tierras de administración forestal (por ejemplo, caminos forestales, pastos, faisanerías, cabañas, etc.), estanques, zonas de captación de agua, así como tierras no productivas.
Además, los bosques cumplen numerosas funciones ecológicas (biodiversidad, suelo, agua, protección del clima, etc.), económicas (productos madereros y no madereros, servicios, etc.) y sociales (estéticas, recreativas, etc.).
Los factores ambientales revisten especial importancia, ya que su acción influye directamente en el crecimiento y desarrollo de los árboles.
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