El pepino (Cucumis sativus) es una planta hortícola cultivada por sus frutos, que se consumen en su madurez comercial (técnica). Los pepinos son apreciados por su contenido en nutrientes. Son una buena fuente de vitaminas C y K, así como de potasio y magnesio. Los pepinos también son bajos en calorías y grasas, lo que los convierte en una opción saludable para las personas que intentan adelgazar o mantener un peso saludable. Los pepinos se comen frescos o encurtidos. El aroma específico se lo dan los aceites esenciales. El extracto de pepino se utiliza en la industria cosmética.

El pepino es una planta anual con un sistema radicular poco desarrollado y grandes necesidades de agua. El tallo es rastrero o trepador, es pubescente y tiene formaciones llamadas cálices, que le ayudan a aferrarse. Las hojas son grandes, trilobuladas, dispuestas alternativamente y cubiertas de pelos ásperos.

Las flores son monoicas unisexuales agrupadas en grupos de tres a cuatro. Las hembras tienen el ovario en forma del futuro fruto, y los machos son más grandes y aparecen antes que las hembras, sobre todo en el tallo principal. La polinización es entomófila. Si la polinización es incompleta, el fruto se deforma o no se desarrolla normalmente. En los cultivos actuales se utilizan mucho los híbridos partenocárpicos, que sólo forman flores femeninas y no necesitan polinización. El fruto es un melón de diferentes formas, tamaños y colores. Las semillas son aplanadas, alargadas, ovoides, de color blanco amarillento. Las semillas mantienen su germinación durante 5-6 años.

Requisitos climáticos y de suelo

La temperatura óptima de crecimiento es de 25-28℃ y la temperatura media no debe bajar de 15℃. La temperatura mínima de germinación es de 15-16℃. Las plantas no toleran temperaturas inferiores a 12℃ ni superiores a 35℃, de lo contrario se inhibe su crecimiento.

El pepino necesita 12 horas de luz de alta intensidad, la presencia de radiación en el rango azul-violeta estimula el desarrollo general de las plantas. La humedad del suelo debe mantenerse en el 75-80%. La insuficiencia de agua provoca la detención del crecimiento y la disminución del número de frutos. Los pepinos son especialmente sensibles a las corrientes de aire, por lo que deben construirse fajas protectoras en el campo para producir un microclima favorable para las plantas. A los pepinos les gusta un suelo aireado, rico en humus y poroso, con un pH neutro o ligeramente ácido, además de pleno sol.

Cultivo

Rotación de cultivos

Los terrenos utilizados deben ser llanos, nivelados, con exposición sur y de textura ligera (arcillo-arenosa o arenoso-limosa). Para no agotar el suelo y reducir los rendimientos, los pepinos no deben volver a la misma zona durante más de tres años. Los mejores resultados se obtienen después de alfalfa, trébol, judías, patatas, tomates, pimientos, coles o ajos. No cultivar después de calabacines o melones.

Preparación del suelo

La operación comienza en otoño movilizando el suelo hasta una profundidad de 25 cm. Esta operación puede realizarse con un motocultor, un tractor y un arado. Antes de preparar el terreno, es importante aplicar estiércol semidescompuesto en cantidades de 30-50 t/ha y fertilizantes químicos en dosis como 50 kg de sustancia activa de fósforo/ha y 70 kg de sustancia activa de potasio/ha. En primavera, pueden aplicarse fertilizantes con mayor contenido en nitrógeno o fertilizantes equilibrados, pero no antes de haber realizado una prueba de pH.

Producción de plántulas de pepino

El cultivo del pepino puede establecerse mediante plantones o semillas. Dado que los híbridos partenocárpicos se utilizan cada vez más y que el material de siembra es caro, se recomienda producir plántulas en zonas protegidas y plantarlas en el campo. Dependiendo de la época de plantación, la siembra se realiza unos 40 días antes de la fecha de plantación. La siembra se realiza a una profundidad de 3-4 cm, preferiblemente directamente en macetas o en placas alveolares con células grandes. Después de que se hayan formado 1-2 hojas verdaderas, se puede aplicar un abono especial para estimular el desarrollo de las raíces.

Plantación

Puede realizarse a partir de finales de abril en zonas protegidas y a partir de mayo, en el campo, en función de las condiciones ambientales. Los pepinos requieren un mínimo de 16-18 ℃. El día antes de la plantación, las plántulas se tratan con fungicidas específicos.

Se puede utilizar, como esquema de plantación, 200 cm entre hileras y 35 cm entre plantas, por hilera. La plantación se realiza a la misma profundidad a la que estaban las plantas en el semillero o en la maceta.

Tras la plantación, se riega y, al mismo tiempo, se administran fertilizantes que estimulan el enraizamiento. En el siguiente riego, se puede aplicar un abono especial para mejorar la fertilidad y la estructura del suelo y crear mejores condiciones de absorción radicular.

Control de malas hierbas

Para controlar las malas hierbas, se realiza una poda superficial manual o mecanizada a unos 10 cm de las plantas, pero sólo hasta que el crecimiento vegetativo lo permita. De este modo se airea el suelo y se eliminan las malas hierbas. El control de las malas hierbas también puede realizarse químicamente con herbicidas autorizados para los pepinos.

Control de plagas y enfermedades

Aplicar los tratamientos fungicidas e insecticidas recomendados. Se recomienda alternar productos que tengan diferentes modos de acción y sustancias activas para que las enfermedades y plagas no se vuelvan resistentes a los tratamientos.

Otros trabajos y consejos de mantenimiento para el cultivo del pepino

Los huecos se rellenan con semillas o plántulas humedecidas y germinadas previamente de la misma variedad o híbrido.

La fertilización se aplica cuando aparecen las primeras flores, repitiendo 3-4 veces en intervalos de 20 días. Dosis de abono recomendadas: unos 70 kg de nitrógeno activo/ha y 70 kg de potasio activo/ha. La fertilización orgánica puede aplicarse utilizando estiércol. Haga una mezcla de una parte de estiércol y diez partes de agua. También se pueden aplicar abonos foliares.

Fertilización

1-2 semanas después de la plantación, aplique fertilizantes ricos en fósforo o equilibrados para favorecer el enraizamiento. Pueden aplicarse abonos foliares en función de las necesidades de la planta y de las condiciones ambientales.

Durante el período de floración y crecimiento del fruto, pueden aplicarse foliarmente fertilizantes con un alto contenido en calcio y boro para un buen aglutinamiento del fruto. También pueden utilizarse fertilizantes con alto contenido en potasio para el crecimiento de las raíces.

Para ayudar a las plantas a superar los períodos de estrés, puede realizarse una fertilización foliar y radicular con abonos específicos. Los abonos radiculares pueden aplicarse para mejorar la estructura del suelo y la absorción radicular.

La fructificación se dirige mediante pellizcos repetidos.

La operación consiste en pinzar la parte superior de la planta o los brotes. El primer pinzamiento se realiza cuando la planta tiene 4 hojas. De este modo, la planta formará más brotes. El segundo pinzado se realiza cuando los brotes formados tienen 4 hojas. Al pinzar, la planta se ramificará y formará más flores femeninas. Cuando la planta ha alcanzado el tamaño deseado, se rompen las puntas de los foliolos. De este modo, la planta deja de crecer y forma más flores.

Estas reglas no se aplican a los híbridos de pepino partenocárpicos. Éstos no se pinzan, sino que las hojas y los frutos se podan hasta una altura de 40 cm para permitir que las plantas se desarrollen. Después, se pueden dejar crecer los brotes y podarlos después de 1-2 nudos.

Riego

Los pepinos son plantas amantes del agua y el riego llega a ser diario durante los calurosos períodos estivales. En primavera, las plantas se riegan cada pocos días, en función de la temperatura. Para los pepinos, el riego por goteo es el sistema más recomendado. Los períodos críticos para el agua son la floración y la formación y crecimiento de los frutos. El exceso de humedad en el suelo provoca la pudrición de las raíces, sobre todo a bajas temperaturas. Una humedad relativa elevada favorece la aparición de enfermedades foliares (mildiú velloso, oídio). Se recomienda regar las plantas por la mañana.

Para mantener la humedad del suelo, se puede realizar un acolchado cubriendo el suelo con restos vegetales o láminas especiales. El acolchado hace que el suelo se caliente más rápidamente, regula la humedad del suelo, mantiene el estado fitosanitario, impide el desarrollo de malas hierbas y reduce el número de trabajos de mantenimiento.

Espaldera

Otra operación que permite aumentar la producción tanto en calidad como en cantidad es la espaldera para pepinos. Esta tecnología consiste en conducir las plantas de pepino verticalmente. De este modo, el cultivo dispone de más aire, las plantas aprovechan mejor la radiación solar y las hojas y los frutos dejan de estar en contacto con el suelo, lo que reduce enormemente el riesgo de enfermedades.

La espaldera se puede hacer sobre el alambre, y el manejo del pepino se realiza enroscando periódicamente el tallo alrededor del alambre cada 3 días. Éste se fija a la estructura principal del sistema de espaldera, representada por espalderas y alambres.

Cosecha

Esta operación se realiza por la mañana, una vez evaporado el rocío, cortando el pedúnculo del fruto. Si la recolección no se realiza a tiempo, y los frutos «envejecen», la capacidad de fructificación de la planta disminuye considerablemente. Por ello, los frutos deben recolectarse incluso a diario durante los períodos de máxima producción. Los frutos se almacenan durante un máximo de 10 días en almacenes de atmósfera controlada.

Peculiaridades de los cultivos de pepino en zonas protegidas

En los últimos años, los pepinos se han cultivado casi exclusivamente en zonas protegidas, por tratarse de plantas amantes del calor, que requieren el entutorado para facilitar determinadas labores (tratamientos, cuidados, recolección). La implantación del cultivo en zonas protegidas comienza por eliminar el cultivo anterior, destruir los focos de infecciones y restaurar la estructura del invernadero. También se recomienda desinfectar el suelo con productos específicos.

Al menos 10-12 días antes del establecimiento del cultivo, el invernadero se cubre con una lámina para garantizar una temperatura mínima en el interior, para la plantación.

La gestión de los factores de vegetación, el pinzamiento de los pepinos, se consigue aireando el invernadero y manteniendo limpia la lámina protectora. La ventilación debe hacerse con precaución para no crear corrientes de aire frío. La temperatura en el invernadero debe ser de 26-28 ℃ en los días soleados, y la humedad debe ser del 90%.