Melisa – plantación, cultivo y cosecha
Publicado en: julio 23, 2023 Modificado el: 1 mayo 2024
La melisa (Melissa officinalis) es una planta herbácea perenne originaria del sur de Europa. Su nombre procede del griego «melissa», que significa miel, en alusión a la capacidad melífera de la planta. Las hojas tienen usos terapéuticos, actuando como antiséptico, carminativo, sedante, cicatrizante, remedio antirraquítico. Es una planta melífera valiosa y decorativa por su aspecto general y sus flores.
Las hojas verdes y secas de la melisa se utilizan para condimentar y aromatizar una amplia gama de platos culinarios y para la fabricación de licores. Debido a sus propiedades melíferas y al hecho de que las abejas la prefieren, la melisa también es utilizada por los apicultores como método alternativo para capturar enjambres de abejas.
Características botánicas
Es una planta perenne, que posee un rizoma horizontal, articulado en el suelo, con numerosas raíces adventicias. El tallo es ribeteado, ramificado, de 60-120 cm de altura, recto, a veces rastrero, ligeramente pubescente.
Las hojas son ovadas, tienen la punta roma, los bordes dentados-crenados, son pubescentes, de aroma agradable y sabor ligeramente amargo. Las flores, blancas o rojizas, se agrupan en inflorescencias verticiladas y florecen de junio a finales de agosto.
Las flores blancas o blanco-violáceas se agrupan en una inflorescencia con espigas de 5-10 flores en cada nudo. La melisa florece en julio-agosto.
Los frutos, impropiamente llamados semillas, son ovoides, lisos, de color castaño rojizo, de pequeño tamaño. La capacidad germinativa es baja y dura 2-3 años. Las plantas brotan lentamente, a los 20-30 días de la siembra.
Requisitos medioambientales
La melisa es una planta sensible a las bajas temperaturas, que da buenos resultados en regiones con inviernos suaves. Tiene grandes exigencias en cuanto a la luz, y la sombra afecta al desarrollo y a las acumulaciones de aceites esenciales. Requiere suelos ligeros, areno-arcillosos, expuestos al sol, sin excesiva humedad y no demasiado fértiles, ya que el exceso de humus reduce el contenido de aceites esenciales.
Cultivo
Los cultivos pueden establecerse por semillas y vegetativamente dividiendo las matas. La siembra directa en el campo debe hacerse en abril, en hileras separadas 40-50 cm.
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Para dividir las matas son adecuadas las plantas de 3-5 años, que en otoño o primavera hay que arrancar del suelo, cortar, sumergir en una mezcla de tierra y estiércol y regar antes de plantarlas.
Cuidado
Las labores de cuidado consisten en escardar, aclareando las plantas para que haya una distancia entre ellas de 20-30 cm por hilera, regando en períodos secos y abonando con abonos químicos u orgánicos, inmediatamente después de cosechar las hojas. La parte aérea de las plantas es reducida en el primer año de cultivo, se desarrolla fuertemente en el segundo año, aumentando significativamente la producción de año en año. La planta puede producir semillas a partir del segundo año.
Cosecha
La primera recolección se realiza en junio, al comienzo de la floración, cortando los tallos, de los que luego se extraen las hojas, que deben secarse inmediatamente a la sombra para evitar el ennegrecimiento de las hojas y la volatilización de los aceites esenciales. El secado artificial debe realizarse a temperaturas de 30° C.