El hipérico (Hypericum perforatum) es una de las especies medicinales más antiguas y conocidas, estando muy extendida en la flora espontánea de muchos países del mundo. Se utiliza ampliamente en la medicina popular.

Se puede encontrar con frecuencia en Europa, Asia Central, Norteamérica, Australia y el norte de África.

Características botánicas

El Hypericum perforatum es una especie herbácea perenne.

La parte subterránea está representada por un rizoma corto, del que crecen muchas raíces y varios tallos.

El tallo tiene hasta 100 cm de altura, hasta 3-5 cm de grosor, es glabro, cilíndrico, normalmente con dos bordes longitudinales a menudo lignificados en la parte superior. Desarrolla ramas estériles cortas en las axilas de las hojas. En la superficie del tallo, especialmente en los bordes, pueden verse manchas negras alargadas.

Las hojas, dispuestas de forma opuesta, sésiles, elípticas u ovadas linealmente, en los tallos principales miden hasta 3,5 cm de largo, y las ramas estériles son parcialmente glabras y presentan muchas manchas translúcidas (de ahí el nombre de perforatum), así como manchas negras alargadas.

Las flores se disponen en corimbos, en la parte superior del tallo principal y de las ramas, y están formadas por 5 sépalos lanceolados, de 1-2 mm de ancho, y por 5 pétalos de color amarillo dorado, de 10-13 mm de largo y hasta 8 mm de ancho, por un lado con el margen entero, y por el otro con el margen generalmente dentado y con manchas negras. Los estambres son numerosos, más cortos que los pétalos, dispuestos en 3 haces; el gineceo es bicarpelar, superior, con 3 estilos.

El fruto es una cápsula ovalada, 2 veces más larga que el cáliz, dividida en 3 cámaras.

Las semillas son cilíndricas, de aproximadamente 1 mm de longitud y 0,4 mm de grosor, de color marrón oscuro. Florece de junio a septiembre.

Especies, variedades. En la flora espontánea, las especies más comunes son las siguientes: H elegans Stephan, H. maculatum Cr, H. hirsutum L., H. tetrapterum Moench., H. montanum L.

Requisitos medioambientales

El hipérico o la hierba de San Juan es una especie de gran plasticidad ecológica, que no tiene requisitos especiales en términos de factores climáticos.
Las semillas germinan a 5-6° C, siendo la temperatura óptima 20° C. Las plántulas son frágiles y crecen lentamente en el primer año de crecimiento vegetativo y no dan fruto hasta el segundo año. El hipérico se vuelve resistente a las condiciones ambientales desfavorables en el segundo año de crecimiento vegetativo.

La luz. El hipérico es una especie amante de la luz que no tolera las zonas sombreadas. La luz contribuye a la acumulación de aceite volátil y la especie reacciona favorablemente a la luz fuerte. En consecuencia, las zonas meridionales son más favorables para el cultivo del hipérico, en términos de calidad.

Temperatura. La especie resiste bien tanto las temperaturas bajas como las altas; estas últimas influyen favorablemente en la acumulación de aceite volátil.

Agua. Gracias a su sistema radicular bien desarrollado, el hipérico tiene buena resistencia a la sequía de verano. Sin embargo, reacciona favorablemente en zonas con abundantes precipitaciones.

Suelo. Crece relativamente bien en todo tipo de suelos, independientemente de su pH, siempre que no estén muy compactados. No se recomiendan los suelos pesados ni los que presentan un exceso de humedad. El hipérico reacciona favorablemente a la fertilidad natural del suelo.

Cultivo

El lugar de la planta en la rotación de cultivos. Al ser una especie perenne, la hierba de San Juan (el hipérico) no se incluye en la rotación de cultivos con especies anuales. Aunque no presenta requisitos especiales en cuanto a la planta precedente, los mejores resultados se obtienen si se cultiva después de especies que se cosechan en verano y dejan la tierra libre de malas hierbas.

La planta precedente más adecuada es el maíz y los cereales, sembrados en suelos con un bajo grado de escarda y fertilización. El hipérico debería volver al mismo lugar al cabo de 4-5 años.

Abonado. Para garantizar los nutrientes necesarios, se recomienda la administración regular de fertilizantes especialmente formulados para este fin.

Preparación del suelo

Tras cosechar la planta precedente, el suelo debe ararse hasta una profundidad de 22-30 cm y, a continuación, labrarse 1-2 veces con un disco, manteniendo el suelo limpio y suelto hasta la siembra.

Si el suelo está seco después de cosechar la planta precedente, se efectúa el rastreo con discos (el disking) y también el arado después de la primera lluvia.

La preparación del lecho de siembra se realiza antes de la siembra, nivelando, triturando a fondo y compactando después la tierra, utilizando para ello la peinadora seguida del rodillo.

Propagación. El hipérico se propaga mediante semillas sembradas directamente en el campo.

Temporada de siembra

Se siembra en invierno, y en las zonas húmedas también en primavera.

Sembradas a principios de invierno, las plantas brotan 2-3 semanas antes que las sembradas en primavera, crecen vigorosamente y alcanzan una densidad de cultivo óptima, lo que garantiza altos rendimientos. Para la siembra en primavera, las semillas deben depositarse en la arena durante 2-3 meses, estando expuestas al frío durante este período. Antes de la siembra, las semillas deben secarse.

Distancia y profundidad de siembra. El hipérico debe sembrarse a una distancia de 50 cm entre hileras. En estas condiciones, las labores de cuidado pueden realizarse mecánicamente. La profundidad de siembra debe ser de 0,3-0,5 cm.

Norma de siembra. Es de 3-4 kg/ha, dependiendo de los indicadores de calidad de la semilla y del grado de preparación del suelo.

Cuidado

Inmediatamente después de brotar, las plantas son frágiles y crecen lentamente durante el primer año de crecimiento vegetativo. Por lo tanto, es necesario realizar labores de mantenimiento incluso antes de que las plantas emerjan, escardando cada hilera 3-4 veces en el primer año de crecimiento.

En el segundo año y los siguientes, se recomienda eliminar los tallos secos antes de que el cultivo empiece a crecer. Durante el verano, cada año se realizan 2-3 escardas, que son obligatorias también después de cada cosecha. Antes de la cosecha, hay que eliminar las malas hierbas del cultivo.

Enfermedades y plagas

En algunos años, caracterizados por unas condiciones favorables para el desarrollo de enfermedades, se registra el ataque de hongos Fusarium y Verticillium, que pueden incluso provocar la pérdida de la cosecha. Las plantas en el tercer año de crecimiento son más susceptibles. Hasta la fecha no se han señalado plagas específicas de los cultivos de hipérico.

Cosecha

Época de recolección. A la hora de establecer la época óptima de recolección, hay que tener en cuenta la cantidad de materia prima vegetal producida en un momento dado, así como el contenido en principios activos acumulados en la planta.

El hipérico debe recolectarse en días claros y cálidos, en las horas de máxima insolación.

Se puede obtener una segunda cosecha en otoño, tras la regeneración de las plantas cosechadas en verano, 30-40 días después de la primera cosecha.

Método de recolección. Dependiendo del tamaño de la superficie cultivada, el hipérico puede cosecharse con una hoz, con una guadaña o con una segadora mecánica a la que se ajustará la masa de corte, de modo que la hierba se corte a una altura de 20-25 cm, para evitar cosechar la parte lignificada del tallo.

Se recomienda cosechar las puntas de las hojas, las flores y los botones florales hasta una longitud de 30 cm o la hierba entera con la segadora.

Para obtener las semillas, el hipérico debe cosecharse cuando las semillas estén marrones. Esto se hace también con la segadora, ajustando la masa de corte más alta. Las plantas cosechadas deben ponerse a secar y luego trillarse.

Las semillas obtenidas se acondicionan, alcanzándose una producción de 100-140 kg/ha.

Procesamiento de la materia prima

Secado. Naturalmente, el secado debe efectuarse en locales limpios y aireados, colocando las plantas en una capa fina, para que se sequen rápidamente, sin alterar su color ni su aspecto.

En el secadero, se recomienda secar las plantas a temperaturas bajas, de 35° C, para no destruir los principios activos.

Envasado, almacenamiento. Las plantas secas deben recogerse con cuidado para no agitar las hojas y las flores y deben envasarse en bolsas de tela. Deben conservarse en locales secos y limpios. El hipérico tiene un aroma característico y un sabor amargo y astringente.