Guía general para la fertilización de hortalizas

Publicado en: abril 3, 2024 Modificado el: 2 mayo 2024

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El establecimiento de un plan tecnológico de fertilización de cultivos hortícolas implica ciertos procesos tecnológicos que deben tenerse en cuenta para obtener un cultivo sano con un mayor rendimiento de producción. Tienen lugar antes del cultivo, pero también durante las fases fenológicas de las plantas.

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  • Elección del terreno (espacio abierto o entorno protegido);
  • Limpiar la tierra de residuos vegetales del cultivo anterior;
  • Conocer las propiedades del suelo (textura y estructura del suelo). Éstas pueden descubrirse tras el análisis edafológico del suelo;
  • Trabajos agrotécnicos, trabajos específicos que tienen lugar antes de la implantación propiamente dicha de los cultivos hortícolas, tanto en espacios protegidos como en el campo;
  • Desinfección del suelo con productos específicos, utilizando métodos ecológicos o convencionales.

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Fertilización de hortalizas – Clasificación
  • Fertilización básica con abonos específicos (orgánicos, organominerales, minerales);
  • Fecundación localizada;
  • Fertilización escalonada.

Fertilización básica

Junto con la preparación del terreno, se pueden aplicar fertilizantes básicos bajo el surco. Pueden ser abonos orgánicos (estiércol bien descompuesto – moho de jardín) o minerales tipo NPK + microelementos.

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Las cantidades de abono que pueden aplicarse varían en función de las propiedades del suelo, las plantas que se vayan a cultivar y la rotación de cultivos. El consumo desde el punto de vista nutricional varía en función de las necesidades nutricionales de las plantas.

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Fertilización localizada

Se puede realizar al mismo tiempo que la siembra o puede tener lugar al plantar las plántulas que hayan alcanzado la forma y el tamaño adecuados (3-4 hojas verdaderas). Pueden utilizarse abonos hidrosolubles específicos o abonos de tipo NPK + microelementos.

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Fertilización escalonada

Es el método más utilizado para la nutrición de las plantas. Tiene lugar en todas las fases del crecimiento vegetativo, desde la formación del sistema radicular, el crecimiento y desarrollo del follaje, la formación de los frutos y su maduración. La fenofase de maduración de los frutos es un momento crítico en el que pueden aparecer diversos síntomas de deficiencias nutricionales. Las carencias pueden ser de Calcio, pero también de Potasio, elementos esenciales en la formación y maduración de los frutos.

Según la fase de desarrollo, las plantas tienen necesidades diferentes en cuanto a nutrientes y agua.

Fase I – Inicio
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La etapa inicial de la fertilización tiene lugar simultáneamente con el riego que se aplica a través de la cinta de goteo con orificios de goteo preestablecidos o con una manguera de goteo. Al principio de esta etapa, las plantas suelen necesitar una mayor cantidad de Fósforo, Calcio y Potasio.

Fósforo (P) – ayuda a la formación del sistema radicular, asegura la resistencia de las plantas a condiciones de estrés fisiológico.

Potasio (K) – influye directamente en la calidad y cantidad de la cosecha.

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Fase II – Floración y cuajado de los frutos

En la fase de floración y cuajado, se utilizan fertilizantes que contienen N, K, Mg, Ca y B.

  • El nitrógeno desempeña un papel especialmente importante:
    1. interviene directamente en la composición química de algunos ácidos, proteínas, vitaminas, enzimas, etc;
    2. a nivel químico, tiene un papel importante en la formación y división celular;
    3. garantiza el vigor y la energía de las plantas;
    4. interviene directamente en el crecimiento y el desarrollo de la planta.
  • El boro contribuye al proceso de fecundación de las flores.
  • El magnesio ayuda en el proceso de fotosíntesis, siendo un catión muy importante.

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Fase III – Crecimiento vegetativo y formación del fruto
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En esta fase de crecimiento vegetativo pueden utilizarse fertilizantes hidrosolubles con una mayor concentración de N, K y Ca. Esta etapa representa un momento crítico en el que las plantas necesitan una mayor cantidad de N para sostener el crecimiento vegetativo, y también los frutos que empiezan a formarse.

También se puede utilizar un abono tipo NPK con cantidades iguales de elementos nutricionales, por ejemplo: 20-20-20. Se aplica en función del aporte nutricional, que depende de la calidad del suelo, de su capacidad de lixiviación o de la calidad del agua de riego.

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Fase IV – Maduración de los frutos
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En esta etapa fenológica, es necesario aplicar fertilizantes con una mayor concentración de K para inducir la maduración, la coloración, pero también la asimilación de carbohidratos en el fruto. Se recomienda incluir microelementos como el Ca en esta etapa de crecimiento vegetativo. El calcio es un elemento importante que previene diversas carencias, por lo que la calidad y cantidad de la cosecha se verá positivamente influenciada. Los fertilizantes tipo NPK con mayores concentraciones de potasio pueden aplicarse antes del inicio de la pigmentación del fruto.

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Además:
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  • La fertilización foliar puede realizarse simultáneamente con la radicular. Esto supone una ayuda adicional para complementar las sustancias nutritivas necesarias, que desempeñan un papel esencial en la calidad de la cosecha;
  • Los fertilizantes foliares pueden aplicarse mediante microaspersores o utilizando equipos de pulverización;
  • Los fertilizantes foliares aportan un porcentaje del 15-20% de las necesidades totales de nutrientes de algunos cultivos. Siendo la fertilización por fertirrigación la más importante en este proceso que asegura las cantidades nutricionales necesarias para las plantas hortícolas;
  • Para obtener cosechas de alta calidad, se recomienda aplicar abonos radiculares simultáneamente con abonos foliares;
  • Otras sustancias, como los bioestimuladores que favorecen el crecimiento y la fructificación, o los inóculos de hongos micorrícicos, pueden introducirse en la fertilización de los cultivos hortícolas. Representan una alternativa a los tratamientos químicos, ya que ayudan a limitar el estrés de las plantas actuando sobre determinadas fitohormonas (citoquininas, auxinas, giberelinas, etc.).
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