Aronia, plantación, cultivo y cosecha

Publicado en: septiembre 23, 2023 Modificado el: 1 mayo 2024

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La aronia negra (Aronia melanocarpa) es un arbusto frutal de la familia de las rosáceas, originario de Norteamérica, donde crece espontáneamente cerca de los bosques, en zonas con suelos húmedos y pantanosos.

La aronia ha llamado la atención de los cultivadores por el alto contenido de antioxidantes y vitaminas de sus frutos, que tienen efectos beneficiosos para el organismo. Además de cultivarse con fines alimentarios, la aronia también se utiliza con fines decorativos.

Características botánicas
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La aronia negra se considera un arbusto rústico en forma de mata, con una altura de 1-1,5 metros. La copa está formada por varios tallos de color marrón-grisáceo (15-60), y las yemas son alargadas y de color rojizo. Los botones florales se forman en las ramas de 2-4 años. Las hojas son simples, con borde dentado y forma elíptica, de 3-6 cm de longitud, con un color más oscuro en el haz. En otoño, las hojas se vuelven de color rojo brillante, con un alto valor estético. Las flores son blancas y se agrupan en inflorescencias corimbosas. La floración tiene lugar entre abril y mayo. La polinización es entomófila, siendo una especie melífera. El fruto es una drupa suculenta, negra o rojiza, también llamada baya de aronia.

Requisitos medioambientales

La Aronia melanocarpa puede beneficiarse de una amplia gama de suelos, incluidos los suelos débilmente ácidos y limosos. Soporta distintos valores de pH, excepto el básico (no tolera los suelos calcáreos). Es una especie resistente a las heladas y suele tolerar algunos días de sequía. Sin embargo, si la humedad del suelo no está correlacionada con los factores ambientales, los frutos se marchitan y pierden sus propiedades. La aronia es una especie amante de la luz y requiere la mayor radiación solar posible durante el día. También crece en condiciones de semisombra, pero la producción disminuye considerablemente.

Preparación del terreno
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Para el cultivo de bayas de aronia se recomiendan tierras relativamente aisladas, situadas al menos a 500 metros de carreteras muy transitadas y al menos a 12 km de contaminantes industriales. El suelo no debe contener residuos de pesticidas, nitritos, nitratos u otros contaminantes. La pendiente no debe superar el 10-15%, y las laderas no deben presentar riesgo de erosión (corrimientos de tierras). Los rendimientos más elevados se obtienen en suelos con un pH comprendido entre 5,5 y 7,5, ricos en humus, de textura media. Los arbustos no deben plantarse en suelos salinos o esqueléticos (con muchas piedras), ni en aquellos con exceso de humedad.

La operación de preparación del terreno comienza retirando todas las plantas y restos vegetales de la parcela. Si el suelo está muy infestado de malas hierbas, pueden aplicarse herbicidas totales. Si es necesario, se nivela la tierra, teniendo en cuenta la pendiente del terreno.

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La fertilización de base se realiza con 400-500 kg de abono complejo NPK, en función del estado de abastecimiento del suelo, determinado por un análisis del mismo. Tras esta operación, se realiza el arado básico, a una profundidad de 30-40 cm. Transcurridas 2-3 semanas, el suelo se labra bien con una grada de discos (pueden aplicarse incluso dos operaciones de laboreo). Además, se puede administrar una cantidad de 8-10 kg de estiércol en cada hoyo de plantación.

Plantación
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Inmediatamente después de la liberación de la tierra, se recomienda escarificar el suelo a una profundidad de 50-60 cm, para descomprimir las capas profundas del suelo. La labor se realiza inmediatamente después de la liberación de la tierra, seguida de un arado profundo, a 35-40 cm. Si no hay posibilidad de realizar la escarificación, sólo se realiza el arado profundo, seguido del disking.

El período óptimo de plantación es el otoño, a principios de noviembre. Si la operación no puede llevarse a cabo en otoño, la plantación puede realizarse a principios de primavera. El esquema de plantación recomendado implica distancias de 2,8-3,5 m entre hileras y distancias de 1,2-1,5 m entre plantas por hilera.

Una vez establecido el esquema de plantación, se pica el terreno: se marca la posición de cada arbusto. Se hacen hoyos de plantación de 40x40x40 cm y se procede a la plantación.

Antes de plantar, se da forma al material de plantación y se eliminan las raíces secas o dañadas. Para que la plantación tenga éxito, las plantas deben introducirse con las raíces en un barro de consistencia de crema agria, formado por tierra amarilla, estiércol de ganado y agua.

La planta se coloca de forma que 5-10 cm del tallo queden cubiertos de tierra. Para conseguir el mejor contacto posible entre la tierra y las raíces, la tierra alrededor del arbusto debe estar compactada. A continuación, se riega cada planta con 4-5 l de agua. Se recomienda acolchar el suelo con serrín o agrotextil, en franjas de 1,2 m de ancho, a lo largo de las hileras de plantas. Los espacios libres entre las franjas acolchadas se cultivan con especies de gramíneas, trébol blanco (Trifolium repens) u otras especies, o se mantienen despejados mediante el diseminado repetido. En los 2-3 primeros años tras la plantación, el suelo debe mantenerse libre de cualquier otra planta. El cultivo de los intervalos entre hileras debe realizarse a partir del tercer o cuarto año tras la plantación. El material vegetal resultante de segar las plantas del intervalo puede utilizarse como mantillo.

Las variedades más conocidas de aronia negro son Nero, Melrom, Viking, Amit, Hugin.

Trabajos de mantenimiento

Poda

La poda es una labor indispensable en las plantaciones de aronia. Esta operación tecnológica tiene por objeto facilitar las labores de mantenimiento y estimular la producción de fruta. En los primeros años tras la plantación, las copas se forman mediante podas repetidas. Debido a la gran capacidad de brotación y rebrotación de la aronia negra, la formación de la corona es rápida y las labores periódicas de rejuvenecimiento de las ramas pueden realizarse fácilmente.

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Para manejar las plantas en forma de arbusto, a partir del segundo año se eligen 5-8 tallos principales vigorosos y se elimina el resto de los crecimientos. Sobre los tallos principales plurianuales se formarán ramas fructíferas de segundo orden. Durante el período de crecimiento vegetativo, se eliminan todos los brotes que aparecen en la base del arbusto. Anualmente se realizan cortes de estimulación de la fructificación y de aireación. Después de cada poda, la aronia negra debe tener 5-8 ramas principales plurianuales. Éstas y las ramas jóvenes (2-4 años) deben estar distribuidas uniformemente en la copa.

Este arbusto también se puede gestionar en forma de árbol, con un tronco de 40-50 cm de altura y una copa formada por 4-5 tallos esqueléticos. En este caso, los esquejes se realizan 2-3 veces durante el período vegetativo. Se eliminan los brotes que aparecen en la base del tronco. Además, hay que rejuvenecer periódicamente las ramas fructíferas y eliminar las ramas anuales redundantes y las inadecuadas (rotas, demasiado delgadas, afectadas por enfermedades, plagas o heladas).

Al cabo de 10-12 años, el arbusto entra en el período de declive y da menos frutos. Entonces, se realizan cortes de rejuvenecimiento en la copa. Se entresacan las ramas insertadas en los tallos plurianuales y se mantienen las jóvenes (de 2-3 años). La poda de rejuvenecimiento se realiza por etapas, durante 3-4 años.

Fertilización

Puede realizarse con abonos naturales (por ejemplo, estiércol), que se aplican por incorporación al suelo, con un intervalo de 3-4 años, en una cantidad de 30-40 toneladas/ha. El período óptimo de aplicación es entre noviembre y febrero. Los abonos complejos, de liberación lenta y localizada, pueden aplicarse en primavera a cada planta (20-30 g/planta).

Pueden aplicarse fertilizantes foliares específicos en función de las necesidades de la planta y de las condiciones ambientales.

Para ayudar a las plantas a superar los períodos de estrés, se puede realizar un abonado foliar o radicular con productos especiales.

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Riego

El riego es una labor importante que garantiza el desarrollo óptimo de la plantación, especialmente en condiciones de sequía prolongada. En general, el riego de la aronia negra implica 4-6 riegos por temporada, con una tasa de 300-400 metros cúbicos por hectárea. Pueden utilizarse con éxito métodos de riego por aspersión o por goteo. En el caso de un sistema de riego por goteo, pueden administrarse fertilizantes hidrosolubles junto con el agua de riego.

El control de plagas es un eslabón importante en la tecnología de cultivo de la aronia negra.

Recolección de las bayas de aronia
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La aronia negra es una especie apresurada que da frutos a partir del segundo año tras la plantación. Las bayas de aronia se recolectan a finales de agosto o principios de septiembre y son bastante resistentes al almacenamiento. Si la producción se destina a la industrialización, los frutos se recolectan a mediados o incluso a finales de otoño. De los frutos se pueden obtener zumos, mermeladas, fitofármacos, etc.

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